Ese control diario nos da el mejor potencial disponible a la vez que modifica nuestros instintos e intuiciones. Lejos de oponerse a las diferentes búsquedas de equilibrio y a las diversas terapias, este control permite optimizarlas
Entonces ¿de qué manera se puede aplicar en lo concreto la ley del desdoblamiento del tiempo?
Nuestra biología está bien hecha puesto que podemos a la vez ir a ver el futuro, arreglarlo y volver para vivirlo. ¿Por qué? Porque vivimos durante el día en nuestra realidad, y luego tenemos la noche. Es en ese momento que tenemos la capacidad de arreglar el futuro que hemos construido durante el día.
Cada persona debería acordarse de lo que nuestros mayores ya sabían: “la noche trae consejo”, “lo consultaré con la almohada”. No tomar nunca decisiones antes de haber dormido una noche. Durante la noche, arregláis todo lo que el día ha molestado en el potencial. De esta manera, al día siguiente cuando os despertáis, os beneficiáis de un buen potencial.
¿Cómo no estropearlo?
Debo controlar mis pensamientos: si pienso en agradarme, ya es algo bueno. Pero si pienso que todo lo que yo pienso puede agradar a todo el mundo, eso es todavía mejor.
Podemos entonces resumir la ley de manera sencilla: “no pienses en hacer a los demás lo que no quisieras que los demás pensaran en hacerte a ti”. O mejor todavía: “Piensa en hacer a alguien lo que te gustaría que ese alguien pensara en hacerte a ti”.