Llamadas «aperturas temporales» por Jean Pierre Garnier Malet

Llamadas «aperturas temporales» por JPGM, esos instantes imperceptibles permiten intercambiar en nuestro tiempo (presente) informaciones vitales entre el guardián de nuestra memoria (pasado) y nuestras múltiples posibilidades de porvenir (futuro). Nos proporcionan intuiciones, premoniciones e instintos vitales. Su control permite optimizar el porvenir antes de vivirlo, entender nuestra vida y crear un equilibrio individual y colectivo.

Estos instantes imperceptibles son lo que he venido a denominar ‘aperturas temporales’. En ellos tiene lugar toda otra vida, que se desarrolla de un modo muy acelerado respecto a nuestro presente. Mientras una imperceptible mil millonésima parte de segundo transcurre en el primer tiempo, en el segundo tiempo pueden transcurrir horas. Este transcurrir acelerado es el futuro, que es tan real como nuestro presente. Este futuro contiene sus propias aperturas temporales, durante las cuales es nuestro presente el que está en marcha.

Los dos transcursos de tiempo (el presente y el futuro) se caracterizan por tener vibraciones luminosas opuestas. Tiene lugar como un permanente encendido y apagado del tiempo, a velocidad vertiginosa. Nosotros somos conscientes de los momentos de encendido. En el futuro son conscientes de los momentos de apagado. Vivimos pues de modo paralelo, pero nuestras realidades no se pueden mezclar.

Lo que sí que hay es un intercambio de informaciones. Cuando ponemos en marcha un futuro, podemos hacerlo gracias a la existencia de estas aperturas temporales. Cuando actualizamos un futuro en el presente, son nuevamente las aperturas temporales las que permiten que esto se dé. Nuestros dobles también deben valerse de las aperturas temporales para poder viajar entre los tiempos.

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